Breve historia de San Bartolomé, patrón de Mairena del Alcor

Mairena del Alcor celebra hoy, 24 de agosto, el día de su patrón, San Bartolomé, que saldrá en procesión desde la Iglesia Mayor en torno a las 22:00 horas por las calles de Mairena. El recorrido será por las calles Real, Esclava, San Bartolomé, Tomás de paz, Ancha, Plaza Antonio Mairena y Daoiz. A la madrugada está prevista su recogida.

Benjamín Domínguez, hermano mayor de la Hermandad Sacramental, ha desvelado algunos de los detalles de la procesión en Radio Mairena. El paso irá adornado con flores rojas y lo acompañará la banda municipal. Domínguez también ha contado que uno de los proyectos de la hermandad es terminar la restauración de la capilla y una pequeña habitación para lucir la joya más preciada, la Custodia, que antes se encontraba en la sala sacramental.

El autor del cartel de las fiestas patronales es el  mairenero Antonio Reyes Peña, muy conocido en Mairena por su predisposición siempre para ayudar y participar de la cultura y las tradiciones del pueblo.  Para la elaboración del cartel ha utilizado una técnica de lienzo a óleo, plasmando la imagen del patrón en primer plano y de fondo la Parroquia, dando la apariencia de custodia del pueblo.
Otro de los municipios sevillanos que celebran el patronato de San Bartolomé es Umbrete que realiza su feria y fiestas durante esta semana.

Breve historia de San Bartolomé
San Bartolomé se convierte en patrón de Mairena tras la reconquista del municipio por Fernando III, el Santo en el siglo XIII. El rey San Fernando establecía como patrón del pueblo conquistado el santo que tuviera el día de la conquista, por lo tanto el santo es patrón de Mairena desde que ésta es cristiana.

Pero,¿quién fue San Bartolomé? Bartolomé fue uno de los doce Apóstoles de Jesús. Su nombre procede del patronímico arameo bar-Tôlmay, «hijo de Tôlmay» o «hijo de Ptolomeo». A este santo, lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo. Otros autores como Ribera optaron por representarlo en la cruz.

Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa «regalo de Dios») Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.

El encuentro más grande de su vida
El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: «Jesús se encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe se encontró a Natanael y le dijo: «Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret». Natanael le respondió: » ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le dijo: «Ven y verás». Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» Natanael le preguntó: «¿Desde cuando me conoces?» Le respondió Jesús: «antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi». Le respondió Natanael: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre.» (Jn. 1,43 ).

Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.

Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de Jesús. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: «San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza».

Su martirio y muerte se atribuyen a Astiages, rey de Armenia y hermano del rey Polimio que San Bartolomé había convertido al cristianismo. Como los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin seguidores, protestaran ante Astiages de la labor evangelizadora de Bartolomé, Astiages mandó llamarlo y le ordenó que adorara a sus ídolos, tal como él había hecho con su hermano. Ante la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciase a su Dios o muriese.

En la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, el genial artista se autorretrató en la piel que San Bartolomé lleva en sus propias manos, detalle que no se descubrió hasta bien entrado el siglo XIX.