Calixto

Don Calixto Sánchez Marín, Calixto para los aficionados maireneros, ha anunciado su inminente retirada. Lo hace como lo que es, un grande del arte flamenco, cuando aún mantiene unas prodigiosas condiciones (que se lo pregunten si no a quienes tuvieron la suerte de presenciar su recital en Sevilla de hace apenas un mes) y sin hacer ruido.

Escritos están en el libro de oro del cante innumerables premios, homenajes y reconocimientos desde que, bastante antes de que en el año 80 se le distinguiera con el primer Giraldillo del Cante, en 1.965 con 18 años ganara el primer premio por cantes de Levante en el concurso de nuestro pueblo. El eco de su voz ha hecho huella en cientos de auditorios en los que han presenciado su maestría. Desde el Lope de Vega sevillano al Auditorio Nacional de Música o el Teatro Albéniz madrileño.

No solo ha destacado por su faceta cantaora, sino que es de reseñar preocupación por los conceptos relacionados con la didáctica del flamenco. Para Calixto el flamenco es cultura popular, pero cultura con mayúsculas. Y por eso se ha entregado a construir puentes con la cultura clásica académica incorporando letras de García Lorca, Antonio Machado o Miguel Hernández a sus cantes.

Por último, no puedo dejar de mencionar el motivo que esgrimió Antonio Casimiro por el cual Calixto no actuara en el festival del año pasado, asegurando que no se había contado con él porque desde el Ayuntamiento habían «creído conveniente una renovación del público «.

Aparte del embuste, pues el cantaor que vino lo hizo porque estaba en el circuito de la Diputación y el ayuntamiento ni pinchaba ni cortaba, es muy triste el comportamiento de este Ayuntamiento con el que ha paseado el nombre de Mairena con letras de oro por todos los rincones de España. No puede consentirse que se le agravie en su pueblo mientras se le homenajea en otros lugares (a los dos meses en Osuna, para no irse más lejos).

No es un incidente aislado. Al primer ganador del Giraldillo los jerifaltes de la Junta de Andalucía lo dejaron también fuera de  la 30ª edición de la Bienal (dedicada para más inri al flamenco y con la presencia de gente insustituible como Peret). Manifestación inequívoca de que los que no se manifiestan como adeptos al régimen socialista se les niega el pan y la sal. En el ámbito de la cultura y en cualquier otro ámbito.

Esa es la barbaridad de los que nos malgobiernan pues no se asesoran de quienes saben antes de pronunciar palabra alguna. La ignorancia al poder. Así nos luce el pelo, y por eso nuestro Festival ha perdido el prestigio señero ganado en tantos años. Ahora es simplemente uno más de tantos.

Artistas de la talla de Calixto no nacen todos los días. Y es mairenero. Se me indigesta pensar que en su retirada haya podido pesar la falta de reconocimiento sufrida en su propio pueblo. Desde este rincón quisiera hacerle llegar en su hora del adiós artístico la admiración y el reconocimiento de su valía por parte de una inmensa mayoría de sus paisanos.

Manifiesto de forma clara que si se da un cambio de gobierno en mayo y tengo la responsabilidad de gobierno, mi voluntad sería la de intentar convencerle para que continuara haciendo aquello para lo que Dios le concedió un don. Su presencia sería el mejor regalo para Mairena en su 50º Festival de Cante.

Por eso mi despedida no puede ser otra que un hasta siempre, maestro.