Es este ejemplar de enero un buen momento para hacer un balance del año y realizar los propósitos para el nuevo año.
En el momento que escribo estas líneas, me siento especialmente contento por una noticia que acabo de recibir. Aparte de que sea 31 de diciembre y el espíritu de nochevieja esté en el ambiente, hoy he sabido que uno de los muchos vecinos maireneros que han ido a visitarme al ayuntamiento con la petición de un necesitado puesto de trabajo, uno concretamente con una situación muy complicada sin trabajo desde hacía más de 2 años, 3 hijos y una amenaza de desahucio, pues ese hombre al ser llamado para informarle que a través del informe de la trabajadora social iba a acceder en enero a un puesto del Plan de Emergencia Social que hemos activado ha contestado que se encontraba ya trabajando. Ojalá con el apoyo de todas las instituciones esta noticia se generalice y seamos capaces de empezar a hacer frente al gran problema al que nos enfrentamos: el paro.
Y digo bien con el apoyo de todas las instituciones porque en esa lucha no caben colores. Gobierno central, Junta y Ayuntamiento han de arrimar el hombro para estar a la altura de las circunstancias.
Porque lo cortés no quita lo valiente. En ese sentido quiero agradecer al delegado de Educación por su receptividad hacia nuestras aspiraciones en materia de infraestructuras educativas, al director gerente del SAE por escucharnos y hacer posible un Taller de Empleo que estaba denegado y que finalmente va a ser una realidad gracias a las gestiones de nuestro concejal de Empleo, o al Tesorero del SAS que pudo a ultimísima hora poder habilitar los fondos para la financiación anual del CARE.
Por desgracia no puedo aprovechar el mismo agradecimiento por nuestra oposición socialista local, donde su cabeza de cartel en vez de acudir a comisiones informativas a aportar ideas se dedica a buscar fotos y apropiarse de méritos que en absoluto le corresponden. Y todo eso sacando tiempo de su complicado y ajetreado tajo (es ironía) como vicepresidente del Consorcio de Aguas por el módico sueldo de 60.000 euros anuales. Es lo que hay.
El año que terminamos ha sido arduo en nuestro objetivo de articular mecanismos para que la transparencia y la igualdad de oportunidades sean la premisa básica en todas las contrataciones realizadas a través de nuestro consistorio. La atención a los numerosos casos de necesidad social, debido a la grave situación económica que atravesamos, ha sido otro de los focos de atención principal de nuestros esfuerzos.
Nos queda aún mucho por hacer porque no eludiremos las dificultades sino que las afrontaremos. Eso solo puede realizarse con una dosis de talento, un gran empeño en la tarea, y como no, la colaboración de nuestros convecinos. No hay que escurrir el bulto, sabemos que el año que entra será duro. Pero igualmente tenemos la certeza de que al finalizarlo habremos empezado a ganar la batalla a esa duradera crisis que tanta mella nos ha hecho. Ese será nuestro afán.